
Este árbol es uno de los pocos sobreviviente de la población arbórea del bosque de galería del majestuoso río Tabasará, ubicados en el área de impacto directo por el lago artificial de 258 hectáreas del proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco.
Ha permanecido en resistencia y dando cobijo a la lucha de los pueblos indígenas que se encuentran enfrentados para cancelar dicho proyecto hidroeléctrico que se ha construido a fuego y metralla desde el primer momento que iniciaron con las consultas en el 2007. La hidroeléctrica de Barro Blanco es un proyecto que durante todo el proceso de construcción ha estado blindado de las fuerzas policiales y es muy posible que termine su construcción con la presencia militar del Estado Panameño.
El gobierno ha sido cómplice de las violaciones de los derechos humanos y se ha valido de escusas muy baratas como la seguridad jurídica de las empresas, el desarrollo energético, mecanismo de desarrollo limpio y la paz social. Este árbol es un testigo de la mayoría de los vicios e incompatibilidad que tiene el estudio de impacto ambiental y las violaciones a los derechos humanos.
La población indígena quizás se puede mover pero no la flora y los ecosistemas que están interactuando con el río Tabasará. De seguro que si este árbol hablara gritaría Tasabará Libre y Ñagaré a Barro Blanco porque fue testigo como fueron arrasados los demás arboles que en un momento le acompañaron en su larga vida de crecimiento y maduración.
La naturaleza clama justicia y el pueblo unido seguirá en marcha con pasos fuertes sin dar descanso a su cuerpo hasta ver la cancelación y demolición de proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco.
#TasasaráLibre #RíoLibre #NomasHidroelectricas