Opinión internacional caso «Barro Blanco»

Bancos que financian a GENISA: KFW FMO BCIE
Bancos que financian a GENISA: KFW FMO BCIE

Actualmente el conflicto de Barro Blanco se extiende a la esfera internacional luego que mucho diarios de Europa publicaran el rol que juega el Banco Alemán KFW, el Banco Holandés FMO y el Banco Centroamericano para la Integración Económica (BCIE).  Otro hecho que dinamizo el conflicto en las ultimas semanas fue la aprensión del empresario Hondureño Kafie, que es dueño de la empresa constructora Generadora del Istmo S.A (GENISA) que desarrolla el PH Barro Blanco.

El martes 23 de junio  en el programa principal de la televisión estatal de Alemania, presentó  una breve entrevista con el Sr. Niema Movassat, diputado del parlamento federal para el partido izquierdista“Die Linke”, donde abordó el tema  sobre el financiamiento de la presa Barro Blanco.

 Niema Movassat es un miembro del Bundestag alemán para el partido Die Linke
Niema Movassat es un miembro del Bundestag alemán para el partido Die Linke

El Sr. Movassat dice que el DEG desprecia los derechos humanos al financiar proyectos de desarrollo no solo en Panamá sino que también en Mali y Honduras. Como esta sucursal del banco Kreditanstalt für Wideraufbau (KfW) es propiedad completa del estado federal de Alemania, Movassat inició una pequeña petición parlamentaria dirigida al gobierno federal. Dice que la respuesta ha sido desilusionante: el gobierno alemán no ve ninguna necesidad de comprobación del caso de Barro Blanco. Además dice, que el DEG escribió una carta al gobierno de Panamá la que el Sr. Movassat interpreta intento de extorsión.

También es importante que miremos el reportaje del programa de TV Report Mainz en el canal alemán Das Erste

Referencias:

http://movassat.de/2108

http://www.fr-online.de/wirtschaft/panama–lebensraum-der-ureinwohner-gefaehrdet,1472780,31022722.html

Mesa de DIALOGO AMPLIADA Ph Barro Blanco

El gobierno de Juan Carlos Varela, intenta experimentar todo tipo de formula para ver como sale librado de este conflicto sin quedar mal ante los empresarios y sin quedarles mal al pueblo, pero se vale de métodos que que faltan el respeto a nuestra inteligencia.

En febrero de 2015 inician una MESA DE DIÁLOGO POR BARRO BLANCO donde los actores serían los representantes de las comunidades afectadas del corregimiento de Bagama, Cacique Local, Cacique Regional, Cacique General, Alcalde de Munä, la Diputada del Circuito y los representantes de corregimiento del Distrito de Munä y a estos se le denominó Comisión indígena y por parte del gobierno se nombró una comisión de alto nivel integrada por la canciller de la República, el Ministro de Seguridad, la Ministra de Ambiente, el Ministro de Desarrollo de Social,el Ministro de Gobierno, el Ministro de Trabajo, el Director de los Servicios Públicos y la Directora del Instituto Nacional de la Cultura.

Esa mesa de diálogo terminó el 18 de mayo luego que se discutieran las incompatibilidades en cuanto a lo ambiental, social, cultural y económico. Cabe resaltar que la mesa se terminó luego que el gobierno a través de mecanismo de engaños y doble discurso que disgusto a la comisión indígena provocando la ruptura de la mesa.

El gobierno procede a solicitar una segunda mesa de dialogo llamada MESA MÁS TÉCNICA para discutir cuanto nos costaría rescindir del contrato con la Generadora del Istmo S. A, pero la comisión indígena no acepto esta mesa. Posterior a la disolución de la mesa, la comisión da un último plazo para cancelar Barro Blanco, el día 15 de junio y como era de esperar se llegó la fecha y el gobierno mantenía la misma decisión de continuar con la obra de Barro Blanco.

El 15 de junio, los representantes del pueblo Ngäbe acompañados de los afectados directos marcharon sobre la vía Panamericana bloqueando el trafico por más de 6 horas y es el inicio de una serie de acciones que se extendieron hasta el jueves. El Estado se hizo presente a través de su fuerza de seguridad pública que superaban un 4 veces a la cantidad de los manifestantes (ver figura 1).

Miembros de la Policía Nacional, SENAFRONT y Unidad de Control de Multitudes
Miembros de la Policía Nacional, SENAFRONT y  la Unidad de Control de Multitudes.  Día jueves 18 de junio del 2015

El gobierno al ver que la exigencia del pueblo era únicamente la cancelación del proyecto; procede a convocar la famosa MESA AMPLIADA, donde participarían todas las formas organizadas de la comarca Ngäbe Bugle y entre ellos los Congreso General, el Congreso de Masa y la Coordinadora por la defensa de los recurso naturales de la comarca Ngäbe Bugle y campesino.

Es importante recordar que el inicio de PH Barro Blanco fue dado por la administración de Martín Torrijos Espino y en ese momento el Cacique General era Máximo Saldaña y el  gobernador  Ausencio Palacio, junto a Rencilia Mendoza presidente del Congreso Regional y todos ellos abalaron esta obra  que tanto daño le ha hecho al pueblo Ngäbe Bugle.

La famosa MESA AMPLIADA inicia el 24 de junio en medio de la confusión pero lo más irónico del caso es que carece de legitimidad ya que no participan los afectados directos y las autoridades del distrito de Munä y agregado a eso tenemos que mencionar que el Movimiento 22 de Septiembre tiene tomado el proyecto hidroeléctrico y tampoco están representados en esa MESA AMPLIADA. ¿Cómo se puede discutir con dirigentes que están ajenos al conflicto de Barro Blanco?

El gobierno trata de pescar en río revuelto y es evidente la set de muchos dirigentes por negociar y llenar sus bolsillos.

Mientras todos ven que pueden sacar del río revuelto hay comunidades que temen por la continuidad del proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco ya que este proyecto amenaza con destruirles.

¡Ya basta! ¡Queremos la cancelación de Barro Blanco!

Panamá: banco alemán para el desarrollo DEG no debe avivar conflicto

Organizaciones de derechos humanos exigen coherencia en el caso del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco
Colonia/Hamburgo/Sassenberg, 23. Junio 2015 Con motivo de la emisión de un reportaje televisivo del programa alemán Report Mainz (“Ayuda al desarrollo a expensas de indígenas”), las organizaciones ambientales y de derechos humanos FIAN, Salva la Selva y Urgewald exigen al banco alemán de desarrollo DEG que modifique su actitud con respecto al proyecto de la hidroeléctrica Barro Blanco en Panamá.
El banco de desarrollo DEG, filial del banco estatal alemán KfW, financia la construcción de la hidroeléctrica Barro Blanco en Panamá desde el año 2011 con un crédito de 25 millones de dólares a la empresa constructora GENISA.Directamente afectados por este proyecto se encuentran integrantes del pueblo Ngöbe-Buglé, el cual se dirigió al banco DEG con anterioridad a la concesión del crédito expresando claramente su rechazo al proyecto. El lago que formará la represa inundará 6,7 hectáreas de las tierras de los Ngöbe-Buglé, en las que se encuentra una escuela, un templo y seis casas. Ya que se continuó con la construcción de la represa, en mayo de 2014 se presentó una reclamación formal al banco DEG. Se trata de la primera queja efectuada bajo las nuevas directivas de DEG y que fue examinada por un panel experto independiente.
El reporte final del panel experto con fecha 29 de mayo de 2015 pone de manifiesto, que DEG no cumple una serie de puntos de sus obligaciones. La respuesta de DEG al reporte es decepcionante y no deja entrever qué medidas piensa tomar en este caso. “Acompañamos este caso hace ya muchos años, y nos hemos dirigido varias veces a DEG. Lo que esperamos de este banco es que se posicione de forma clara de una vez, y que nos explique cómo van a evitar más daños”, dice Guadalupe Rodríguez de Salva la Selva.
Que DEG durante el proceso de reclamación incluso exacerbó el conflicto, lo muestra una carta enviada por la filial de KfW junto con otros financistas al gobierno panameño. En la misma, critican la suspensión de la obra de la represa acontecida ese mismo mes y toman partido en el conflicto. “La carta firmada por el director de DEG Bruno Wenn contiene una clara amenaza de suspender futuras inversiones en el país. La actitud de DEG es inaceptable y esperamos que el consejo directivo de DEG se ocupe de este asunto”, aclara Kathrin Petz de Urgewald.
Debe ofrecerse principalmente una solución al conflicto que sea aceptable para las personas afectadas. “El hecho de haber interpuesto un mecanismo de quejas con expertos independientes es un paso importante dado por DEG. Esperamos una actuación transparente de parte de DEG con respecto al caso de Barro Blanco. Esperamos además, que el consejo directivo de DEG cumpla en serio con las exigencias de los representantes indígenas de que DEG considere retirarse del proyecto”, recalca Ute Hausmann de FIAN.
Más información:
Dossier de Urgewald: „Die Schattenseite der KfW“ (El lado oscuro de KfW)
https://www.urgewald.org/sites/default/files/die_schattenseite_der_kfw_webversion2.pdf
Contactos:
Guadalupe Rodríguez, Salva la Selva Rettet den Regenwald e.V., Tel: 040-41038043, guadalupe@regenwald.org
Kathrin Petz, urgewald e.V., Tel: 030/284822-71, Mobil: 0152/02 14 93 41,kathrin.petz@urgewald.org
Ute Hausmann, FIAN Deutschland e.V., Mobil: 0173-6074973

¡Solo el Pueblo Salva al Pueblo!

abuso-policial-en-bocas-del-toroDurante el gobierno del presidente Ricardo Martinelli (2009 a 2014) se cometieron una serie de abusos represivos contra
la sociedad civil organizada que luchaba por proteger los recursos naturales y los servicios públicos. Dichos abusos dejaron más de una decena de muertos y una cantidad numerosa de heridos, con pérdida parcial y total de visión, lesiones personales agravadas y heridas por perdigones, siendo estas documentadas por los medios de comunicación.

En julio de 2010, por ejemplo, se reprimió de forma violenta la protesta de trabajadores Ngäbe en la provincia de Changuinola, quienes estaban en contra de una nueva ley que debilita a los procesos de evaluación de los estudios de impacto ambiental. Esta represión dejó como resultado cuatro personas fallecidas, decenas de heridos, y dos personas con pérdida total de la vista. En febrero del 2011, se reprimió al pueblo Ngäbe que protestaba por la aprobación de una nueva ley que facilita la inversión extranjera en el sector minero. Sobre este mismo caso, el 5 de febrero de 2012, la policía nacional reprimió la protesta, dando como resultado los asesinatos de Jerónimo Rodríguez Tugri y Mauricio Méndez. Estos casos quedaron impunes a pesar de que el gobierno nacional en sus informes confirmaba la veracidad de los hechos.

El “pecado original” de la burguesía panameña: la corrupción

Por Olmedo Beluche

 Cada tanto, el hartazgo de la ciudadanía con el sistema político, combinado con la encarnizada lucha por el poder entre los sectores dominantes de la economía panameña, produce un remezón en que salen a relucir los trapos sucios de las fortunas “malhabidas” de las élites. Hoy asistimos a la escandalosa exposición del grupo encabezado por el ex presidente Ricardo Martinelli y de cómo saqueó multimillonarias sumas del erario público, aunque sospechamos que lo conocido es apenas una fracción de la horrible realidad.

 En materia de corrupción, Martinelli “no inventó el agua tibia”, sin que esto exculpe sus delitos, sino que siguió una vieja tradición de la clase dominante panameña, la cual se remonta al mismísimo Vasco Núñez de Balboa, sus robos y crímenes, por el cual los pueblos originarios del Istmo perdieron todo lo que hasta 1501 era suyo, incluyendo el Mar del Sur.

 Pasemos por alto la larga historia de robo de tierras a las comunidades indígenas y campesinas practicada por parte de las más encumbradas familias ganaderas de todas las provincias, tradición que parte desde las encomiendas del siglo XVI, pasa por todo el siglo XIX, se refleja en la lucha de Victoriano Lorenzo, hasta llegar a hechos recientes, como el secuestro, en 1971, del cura Héctor Gallegos ordenado por los terratenientes de Santa Fe y ejecutado por la Guardia Nacional.

 Ni hablemos de cómo en pleno siglo XXI la industria minera e hidroeléctrica (Petaquilla o Barro Blanco) roban el agua y la tierra a las comunidades con ayuda de los gobiernos del PRD, CD y Panameñista, para quienes la “seguridad jurídica” es sinónimo del derecho de los opresores y los derechos humanos de los pobres la única seguridad que conocen es la de los antimotines echándole gases, balas y palos cada vez que salen a protestar.

Ni hablemos de cómo la corrupción ofició de partera de la República en 1903, en la que un puñado de empresarios norteamericanos, encabezados por el banquero J. P. Morgan y su abogado William N. Cromwell, con ayuda de los marines enviados por Teodoro Roosevelt, forzaron la separación de Panamá de Colombia, para hacerse con un tratado que le garantizara a los primeros 40 millones de dólares y al imperio yanqui un canal y una zona en la que gobernarían “como si fueran soberanos”. Por supuesto, todo avalado por un grupo de “próceres” criollos (no todos panameños) debidamente salpicados de dólares por Cromwell y Bunau Varilla. A quien no crea le recomendamos leer a Oscar Terán y Ovidio Díaz.

Para qué mencionar que en su Mensaje a la Asamblea Nacional, en 1908, el primer presidente de la república, el cartagenero Manuel Amador Guerrero, mencionó que hizo pagos por más de 200 mil dólares (el 10% de los dos millones con que inició su gobierno, agregamos) a “empréstitos” (sin facturas, según muchos historiadores) hechos por la Junta Provisional de Gobierno que rigió el país en el corto lapso del 3 de noviembre de 1903 al 20 de febrero de 1904. Dólares que fueron las balas que aseguraron la “independencia” (je, je) de 1903.

 Según un wikileaks de la época, citado por Araúz y Pizzurno (“Estudios sobre el Panamá republicano”), los liberales de 1906 se quejaban del gobierno de Amador ante el encargado de negocios de Francia diciendo que “su parte del pastel es magra: ven con dolor el dinero americano fundirse en las manos del actual gobierno y temen no encontrar nada cuando les toque el turno…”, lo cual describe no solo al gobierno conservador, sino a los mismos liberales y sus motivaciones.

 En 1909, el representante demócrata por Illinois, Henry T. Rainey acusó a William N. Cromwell (padre putativo de la separación de Colombia) y a Teodoro Roosevelt de tener un plan de expoliación sobre Panamá, con la complicidad del presidente José De Obaldía, al que calificó de “político completamente corrompido, dominado por Cromwell” (Ibidem). Ejemplo de ello fue el Contrato No. 4, de 1909, en que el gobierno de Obaldía y su secretario de Hacienda, Carlos A. Mendoza, otorgaron “la mitad de la República a una sola Compañía” (de J. Erhman) para la explotación de madera en Colón, Bocas del Toro y Chiriquí.

 Esa alianza de intereses yanquis y locales se expresaba en la composición de la empresa que suministraba energía eléctrica a la ciudad de Panamá, la Panama American Corporation, domiciliada en Nueva York, cuyos accionistas eran: William N. Cromwell, Isaac natal, Jacobo Brandon, Isaac Levi Toledano, J. Honningmar, Ricardo Arias, Manuel Espinoza Batista, José Agustín Arango, José Gabriel Duque, Gustavo Eisman, Manuel E. Amador, Piza & Piza, Maduro e hijos, etc. (Ibidem).

 Frente a las elecciones presidenciales de 1916, el grupo conservador (Obarrio, Arjona, Pretelt, Lewis, Arias, Ossa) aliados con el liberal Rodolfo Chiari, acusaban al presidente Belisario Porras y su sucesor de a dedo, Ramón M. Valdés, de corruptos, desde las páginas delStar & Herald. Por su parte, el oficialismo respondía desde las páginas de El Diario de Panamá con un estribillo contra Chiari: “Si siendo solo gerente/ De medio millón dispuso/ sería mayor el abuso/ si llegara a Presidente”.

 En 1917, Star & Herald, es decir, la familia Duque, decía contra el binomio Porras-Valdés, pero a nuestro juicio extensible a todos los bandos que: “La corrupción ha echado en Panamá muy hondas raíces, la impunidad ha adquirido el derecho de ciudadano como en ninguna otra parte del mundo, el patriotismo ha bastardeado de su alto origen, y la política o lo que por tal se tiene, aunque sea duro confesarlo, ha izado  una bandera que cubre todo género de mercancía” (Ibid.). A confesión de parte, relevo de pruebas, dicen los abogados. 

 Como en la política panameña el principio ha sido no tener principios, el mismo grupo oligárquico que en 1916 apoyaba a Chiari contra Porras, en 1930, viendo la enorme crisis agudizada por el “Crack de la Bolsa de Nueva York”, que reinaba la corrupción bajo el gobierno del títere de Chiari, Florencio Arosemena, y que ellos estaban fuera del pastel, se alían con una facción liberal (de Domingo Díaz) para sacar del poder al chiarismo. Entre ellos estaban Enrique A. Jiménez, Francisco Arias Paredes, Samuel Lewis, entre otros, pertenecientes al llamado “Gabinete del Club Unión” o grupo de “Los Tigres” (12 cabezas de familia que controlaban económicamente al país y génesis de los que es la oligarquía panameña del siglo XX).

 Para abreviar el cuento y no aburrir, mencionemos de pasada que, acorde con los tiempos que corrían, inicio de la fase de industrialización sustitutiva en América Latina, la oligarquía panameña aprovechó las negociaciones del Tratado Arias – Roosevelt, de 1936, para lograr acceso al mercado de la Zona del canal para algún producto manufacturado por ellos en Panamá. Cediendo el gobierno norteamericano en dos productos claves, cuyos negocios reorientaron la organización de la burguesía, pues su control pasó a ser la fuente de acumulación fundamental en las décadas de 1930 y 1940: la cerveza y la carne de res.

Así la Cervecería Nacional pasaría a ser eje de crecimiento de lo que luego sería el “holding” vinculado al Banistmo (hasta 2007); y el control del llamado “Abattoir Nacional” (matadero) la fuente de acumulación del negocio ganadero, controlado por Pancho Arias en los años 30 (cuyos descendientes se han agrupado en el Banco General) y fuente de disputas en los golpes y contragolpes de la segunda mitad de la década del 40 e inicios de los 50, en la que fue actor principal José R. Cantera,  al cual los rumores lo vinculan a negocios no muy lícitos que habrían motivado su asesinato, supuestamente.

 Los mayores de 50 años recuerdan la crisis de fines del 68, cuando la oligarquía se separa de la alianza encabezada por el chiarismo (de Roberto hijo de Rodolfo), que había puesto de presidente de la república a Marco Robles, al que acusaron de “robarse hasta las vajillas de la presidencia”, para sumarse en una alianza “contra natura” en esas elecciones con Arnulfo Arias. El móvil: no querían la reforma tributaria que le haría pagar más impuestos que había diseñado el sucesor de a dedo de Robles, David Samudio.

 El régimen militar sacó de la primera línea del escenario a los políticos de la oligarquía, suplantados por figuras castrenses o tecnócratas, lo que no impidió a empresas de la burguesía seguir usando al estado como fuente privilegiada de sus contratos, sino que se pregunte al bufete Morgan y Morgan o empresas constructoras como CUSA.

 Hasta que un buen día una fracción de esa burguesía comprendió que Manuel Noriega y su plan de sustituir al ejército gringo en la zona del canal por un ejército panameño, castraba la posibilidad de usar el canal y sus áreas revertidas como fuente privilegiada de acumulación cuando revertiera en el año 2000. Entonces una fracción encabezada por los hermanos Lewis creo el llamado Grupo Modelo, nexo entre Washington y la Cruzada Civilista para sacar a “cara de piña”, acusado igual que Remón de nexos con negocios ilícitos.

 La historia de la “democracia” impuesta por la tropas norteamericanas en 1989, a costa de cientos de muertos, es música conocida: los viejos clanes de la oligarquía, personificados por los nietos del “Gabinete del Club Unión” han sido los beneficiarios de las privatizaciones y obras públicas de estos gobiernos, en los que han penetrado con donaciones para campañas todos los partidos y han cogobernado con todos los presidentes.

 Irónicamente, el partido más penetrado por la oligarquía es el PRD, cuyo ideario supuestamente se basaba en ser antioligárquico. No sólo su frente empresarial se tomó la directiva, liquidando al resto de los frentes, sino que sus figuras no han tenido ningún empacho en convertirse en el círculo cero de Martinelli al cual ayudaron a ganar la presidencia a costa de su copartidaria Balbina Herrera. De ahí que un buen número de los implicados en las actuales investigaciones como supuestos beneficiarios de peculados bajo el martinelato, aún están inscritos en el PRD.

 Pero no pensemos como los obtusos chauvinistas que se han puesto de moda últimamente, y no creamos que la corrupción nos hace diferentes a los panameños del resto de la humanidad. No. La corrupción, como una forma rapaz de robar y expropiar a las mayorías, como una fuente de acumulación originaria de capital, es un sello del sistema capitalista internacional, iniciado en el siglo XVI.

 El robo fue el puntapie inicial del sistema moderno de acumulación, pero el robo se mantiene como una forma de sostener las fortunas empresariales, en especial en periodos de crisis. Mientras haya capitalismo habrá corrupción. Y eso es lo que vemos en las noticias que llegan de todas partes. Por eso la única alternativa consecuente contra la corrupción es organizar a la clase trabajadora para romper la explotación capitalista, para construir el socialismo, es decir, una sociedad sin explotación de clases.

 Si alguien le dice que las fortunas de la oligarquía local fueron construidas a costa de mucho trabajo, esfuerzo y ahorro por los abuelos de los actuales ricachones, cítele al propio Carlos Marx:

 Esta acumulación originaria desempeña en economía política aproximadamente el mismo papel que el pecado original en la teología. Adán mordió la manzana y con ello, el pecado se posesionó del género humano. Se nos explica su origen contándolo como una anécdota del pasado. En tiempos muy remotos había, por un lado, una elite diligente, y por el otro una pandilla de vagos y holgazanes. Ocurrió así que los primeros acumularon riqueza y los últimos terminaron por no tener nada que vender excepto su pellejo. Y de este pecado original arranca la pobreza de la gran masa (que aún hoy, pese a todo su trabajo, no tiene nada que vender salvo sus propias personas) y la riqueza de unos pocos, que crece continuamente aunque sus poseedores hayan dejado de trabajar hace mucho tiempo” (El Capital, tomo I, Cap. XXIV).

El pueblo Ngabe Bugle se enfrenta a la Familia Kafie  y los Bancos Internacionales por el conflicto de Barro Blanco  

La familia Kafie de Honduras  han  venido promoviendo a través de la compañía Generadora del Istmo S.A (GENESA) la construcción del proyecto  hidroeléctrico de Barro Blanco (28.84MW)1 en el río Tabasará,  el proyecto hidroeléctrico Cuesta de Piedra (6.78MW) en el afluente de agua de Macho de Monte y la termoeléctrica de la Chorrera, ubicada el distrito de la Chorrera. Los 3 proyectos de desarrollo energético han generado conflictos con las poblaciones locales producto de los constantes incumplimientos y la debilidad  del proceso de consulta.

Generadora del Istmo S.A (GENISA)4 pertenece a un grupo económico centroamericano que posee directamente un total de 485 MW de capacidad instalada de generación de energía en la región a través de sus empresas hermanas: Pan-Am Generating Ltd. y Luz y Fuerza de San Lorenzo SA. Genisa está siendo apoyado financieramente por: Deutsche Investitions- und Entwicklungsgesellschaft GmbH (DEG), la Compañía Holandesa de Financiamiento para el Desarrollo (FMO), y el Banco Centroamericano para la Integración Económica (BCIE), a pesar que los pobladores de la etnia Ngabe Bugle, han presentados quejas por la destrucción de su territorios y elemento culturales de incalculable valor ancestral.

Los afectados de las comunidades de Kiad, Quebrada de Caña, Nuevo Palomar y gran cantidad de pobladores circunvecinos de la comarca Ngabe Bugle, han tenido que enfrentarse  a estos poderes económicos de corte internacional, usando diferentes métodos de lucha entre ellos demanda en el  campo de lo legal, métodos pacíficos de diálogo e incluso bloqueos a las principales vías de comunicación  terrestre cercanas al proyecto hidroeléctrico.

El gobierno nacional reconoce los incumplimientos de Genisa, pero prefiere reconocer los derechos de seguridad jurídica de  la empresa;  que los derechos humanos de los pueblos indígenas y campesinos de esa zona. Actualmente el pueblo Ngabe Bugle se moviliza para reagruparse y luchar exigiendo la cancelación definitiva del proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco.

Luis Kafie directivo de GENISA  y Luz y fuerza de San Lorenzo S.A ( LUFUSSA) dedicados al desarrollo energético en Honduras, al igual que en Panamá; también es parte de la compañía panameña New Mark Representaciones S.A donde es acompañado por Schucry Kafie, Aldo López, Luis José Kafie,   Eduardo Kafie y “Diego de Olbaldía Vergara” acusado  de tener vínculos  con  la Ruta del Dinero K2.

Recientemente a  Schucry Kafie3 se le ordeno una detención judicial por el caso de estafa en la suscripción de un contrato de equipos médicos que suscribió la empresa de sus propiedad denominada DIMESA en perjuicio de las financias del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). Schucry Kafie hermano de Luis Kafie, también es directivo   de la empresa Luz y Fuerza de San Lorenzo S.A (LUFUSA); responsables del 30% de la producción de energía de Honduras y considerados una de las principales  familias más poderosas  de ese país Centroamericano.

Durante el golpe de estado en Honduras, la familia Kafie  obtiene cargos  de representación diplomática  en Finlandia (Luis Kafie), Jamaica (Eduardo Kafie), Noruega (Simón Kafie), India (Alex Kafie), Luxemburgo (Henry Kafie)  y Jordania ( Shucry Kafie) y la gran mayoría con el cargo de  cónsul. Recordemos que desde el 2009 Honduras, se encuentra en una crisis de democracia y esta familia ha sido parte de los grupos de poder que tanto denuncia el pueblo hondureño.

1   http://www.asep.gob.pa/electric/Anexos/conce_otorgadas_tramite.pdf

4    http://www.genisa.com.pa/wp-content/uploads/2012/06/Resumen-Ejecutivo-de-Reporte-Socio-Ambiental-PHBB-072811.pdf

2    http://200monos.blogspot.com/2013/09/la-ruta-del-dinero-k-de-garbarino-al.html

3    http://www.schucrykafie.com/

Hay que construir el «Podemos» y el «Syriza» de Panamá

Por Olmedo Beluche

La Europa de hoy está viviendo un proceso semejante al de América Latina hace una década y poco más: los pueblos hartos de la miseria que impone el capitalismo neoliberal desde el FMI et. al., hartos de los corruptos partidos socialdemócratas, liberales y «populares» cuyas diferencias doctrinales se han borrado, esos pueblos están buscando y construyendo nuevos proyectos políticos que sean consecuentes con sus demandas de un mundo más justo y equitativo.

De esas experiencias políticas han surgido dos potentes movimientos construidos al calor de las luchas en las calles contra el neoliberalismo, Syriza en Grecia y Podemos en España.  Syriza fue electo al gobierno en 2014, después de que el pueblo griego rompiera con liberales y socialdemócratas que le exprimían para quedar bien con los banqueros alemanes. Podemos, acaba de surgir para convertirse en las elecciones regionales del mes pasado en la tercera fuerza política española ante el desprestigio del Partido Popular y el PSOE.

Aunque ni son copias, ni satélites de movimientos políticos latinoamericanos, si tienen en común con el Proceso Bolivariano de Hugo Chávez, con la Revolución Ciudadana de Rafael Correa y con el MAS de Evo Morales, que expresan la movilización popular contra el corrupto capitalismo neoliberal y los partidos tradicionales.

Tanto Podemos como Syriza, al igual que los movimientos políticos que llevaron al poder a Chávez, Evo y Correa, no son partidos que expresan a la izquierda tradicional (comunista). Su objetivo programático no es la construcción de una sociedad socialista, en el sentido leninista. Son movimientos que expresan la ruptura de las masas con las consecuencias del capitalismo neoliberal: desempleo, carestía, pobreza, desigualdad, pérdida de derechos, corrupción, etc.

Son movimientos revolucionarios porque expresan la voluntad y la acción política de millones de personas que se movilizan por el cambio de régimen, aunque no sean movimientos que hayan llegado a la conclusión de que el problema no es solo el gobierno o el régimen, sino el propio sistema capitalista. Pero ninguna revolución anterior empezó por esa comprensión «intelectual» de buscar una salida «histórica» a la sociedad actual.

Todas las revoluciones han iniciado, como los procesos actuales, en la lucha por la solución a los problemas concretos en que los pueblos rompen con los partidos tradicionales que le ataban su conciencia y su acción y empiezan a buscar nuevas alternativas que sean consecuentes con los cambios a los que aspiran.

Por eso son procesos revolucionarios, no por sus dirigentes o su programa, sino por la movilización de masas que los ha parido. Movilización que tiene hoy un grado de conciencia pero que, mientras no sea derrotada no ha cesado, con lo cual puede seguir madurando.

¿Qué mejor escuela política para los trabajadores griegos, y europeos, que ver cómo el gobierno de Tsipras intenta quedar bien con los bancos pagando le deuda pero con un plan de aumento de impuestos a los que más tienen, pero la «troika» (FMI, Banco Central Europeo Y Unión Europea) le exige seguir atacando los empleos públicos, los salarios y las jubilaciones?

En España, Podemos ha surgido de las acampadas de los «indignados» que llenaron las plazas para protestar contra el régimen que desahuciaba a la gente humilde de sus casas pero protegía y subvencionaba a los banqueros ladrones y corruptos. Los «indignados» con el régimen corrupto heredado del franquismo cuya careta de «democracia» de deshace ante cada acto de corrupción y ante cada medida de gobierno que atenta contra los trabajadores.

Si hablamos de disparidades sociales, de injusticia, de pobreza y desempleo crónicos (enmascarado como «cuentapropismo»), de privatizaciones, de saqueo al sistema de seguridad social, de pago de la deuda externa, de gobierno de plutócratas disfrazado de «democracia», de crisis institucional, de corrupción y desprestigio de partidos tradicionales, ¿No estamos hablando de Panamá?

Panamá sufre los mismos males sociales que nuestros hermanos de Sudamérica y que las clases trabajadoras europeas, gracias a la globalización neoliberal. El mundo ha sido unificado bajo la dictadura del capital financiero transnacional y nuestro país no escapa a esa realidad. Por eso tampoco puede escapar a las alternativas.

Estamos tarde, porque en 2005,  con las masivas movilizaciones en defensa de la Caja de Seguro Social, cuando Frenadesso era un movimiento amplio con apoyo de decenas de miles en las calles, hubo la oportunidad para transformarlo en ese movimiento político antineoliberal que el pueblo panameño quería para liderizar el cambio. La cortedad de miras, el sectarismo y otras lacras impidieron aprovechar la oportunidad.

Aunque diez años después las circunstancias son más difíciles, la necesidad sigue estando presente para constituir ese proyecto político de gobierno que exprese las demandas populares de cambio que el gobierno de Varela (ni el PRD, ni menos el CD) pueden producir. Al igual que Syriza y Podemos, el proyecto panameño debe ser amplio y democrático, y no puede quedarse en los límites de lo que fueran en las elecciones de 2014, las propuestas del FAD y el MIREN.

Construyamos el Syriza y el Podemos de Panamá, antes que la burguesía panameña invente otro «Martinelli» que le robe el mandado a la izquierda.

 

Panamá, 6 de junio de 2015.

syrizapasok