¡Ve y mátalos!

Ellos nos enseñaron a no protestar,

porque protestar es pecado.

Nos prohibieron enseñar  el puño cerrado;

nos pidieron juntar las manos para estar de rodillas.

El hombre de rodillas es más grande” repetían.

Nos enseñaron que perder es nuestro destino;

que la insurrección no es camino de salvación.

Nos enseñaron a ser indiferentes, a creer menos en nuestra gente;

que la miseria es nuestro destino  ¡Mala leche!  Repetían.

Nos siguen repitiendo que la idea murió;

que nuestra hambre es una necesidad normal

de la democracia globalizada.

Por ello, cuando te levantes ¡Ve y mátales!

Para que los justos no mueran más ¡Mátales!

Para que millones de niños

no sigan  llegando a los cielos prematuros ¡Mátalos!

Para que cuando mueras, y el Dios de los pobres venga,

alcances la salvación eterna.

Amén.

Alexander Sánchez

No soy puta, soy mujer que resiste y lucha…

“En la mayoría de las personas, presumo, el cuerpo precede al lenguaje. En mi caso son las palabras las que vinieron en primer lugar; luego, tardíamente, aparentemente con repugnancia y ya vestida de conceptos, vino la carne. No es necesario decir que la carne ya estaba estropeada por las palabras”.

Yukio Mishima, El Sol y el Acero.

El trabajo sexual, primer trabajo socialmente remunerado en el que la mujer es cotizada y explotada, no existe otro ser que pueda ser remplazado en este oficio como la mujer, pero ¿a  qué responde? ¿Qué se esconde detrás de un trabajo tan polémico y a la vez tan apetecido por sus clientes? Seguir leyendo No soy puta, soy mujer que resiste y lucha…

Las Mujeres Migrantes en Costa Rica.

Las vivencias de las mujeres migrantes, la construcción de la experiencia propia; en el fenómeno de la migración se convierte también en un espacio más de opresión hacia la mujer en la sociedad ya que, suele  invisibilizar a las mujeres, siempre se ha catalogado que los hombres son el sustento económico de sus hogares y por lo tanto, los que emigran mayoritariamente en búsqueda de un trabajo que les permita subsistir y mantener a sus familias en su lugar de origen, este artículo pretende demostrar un poco el papel de la mujeres en las migraciones.  Y como las mujeres deben enfrentarse a la adversidad tanto de las implicaciones económicas, políticas y sociales, que se presentan en el transcurso de la migración como tal.

Las mujeres se han vuelto la población más vulnerable de la migración principalmente las jóvenes, ya que en el transcurso del desplazamiento geográfico que hacen de un país a otro, se convierten en  potenciales víctimas de la trata y explotación sexual. Y cuando eso no ocurre son la población migrante en las condiciones más desfavorables donde llegan; no se les garantiza en su mayoría los derechos humanos básicos y de seguridad social que tenga el país. El acceso a salud pública, a condiciones laborales mínimas es de las muchas cosas a las que debe enfrentarse una mujer migrante, sin olvidar que de ella dependen otras personas para vivir. Suele darse una priorización en la apertura y acceso a los hombres a esos derechos, y no es casualidad que sea a las mujeres migrantes las que tienen menor acceso a salud, o que sean las más explotadas en sus trabajos y no les paguen por lo trabajado aprovechándose de su condición ya sea de ilegalidad o hasta por su nacionalidad de origen.

Muchas veces las discusiones de la población migrante tienden a irse en lo económico y lo político pero carece de una perspectiva de género que realmente converja en esas implicaciones; pasa por alto  a las mujeres en estas condiciones, sin ver que dentro de esta lógica se repiten patrones de desigualdad entre hombres y mujeres migrantes.  Por eso es que desde el Colectivo Mujer Ser creemos que es fundamental trabajar políticamente en defender y garantizar políticas públicas que atiendan a las necesidades de la población migrante, tanto como erradicar la xenofobia como causante de violencia y desigualdad en las poblaciones migrantes de un país,  y a su vez enfatizar la lucha de la mujer en la construcción de nuevos espacios que le permitan deconstruirse ante la opresión de la condición de migrante y mujer, así como la explotación de clase que constituye a las migraciones, es que planteamos la lucha de los y las migrantes en la construcción de una nueva Patria Grande, de los pueblos hermanos.

Paola Gutiérrez Baltodano.

Colectivo Mujer Ser.

Gobierno de Costa Rica 2014-2018: ¿Nuevo partido? ¿Nuevas políticas? ¿Hacia dónde vamos?

El 6 de abril, el señor Luis Guillermo Solís Rivera, al ganar las elecciones en segunda ronda, empezó a configurar más a fondo el mandato que empezaría a regir un mes después. Perteneciendo al Partido Acción Ciudadana (PAC), primero como precandidato y luego como candidato a la presidencia, emprendió el reto de ser gobernante de la «suiza centroamericana», y claro, nadie dijo que era fácil, pero a la población desde el comienzo de su trabajo le siguen surgiendo dudas sobre su pasado en el Partido Liberación Nacional (PLN) (del cual no se olvida la trayectoria de este partido en el gobierno de turno desde el 2006 al 2014 con Óscar Arias y Laura Chinchilla).

Para entender lo que pasa hoy, hay que dar una mirada al pasado. No se puede olvidar la labor que cumplió Solís en este partido por tantos años como Jefe de gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores, Embajador de Asuntos Centroamericanos y como último puesto, Secretario General del partido. Si bien sus afinidades políticas cambiaron al integrarse al PAC desde el 2008, y la mayoría de los votos en elecciones presidenciales le dieron el gane, Costa Rica no puede pretender que este cambio de partidos mediante el traspaso de poderes sea una solución para toda la problemática que enfrenta el país desde hace más 25 años.

Hubo un cambio en el imaginario de la población costarricense durante estas elecciones; en primera ronda 3 partidos con ideologías diferentes: conservadores, progresistas y reformistas, lograron posicionarse en los primeros puestos, respectivamente. Quedando el Frente Amplio con un tercer lugar, logró acrecentar los curules en la Asamblea Legislativa, de 2 a 8 puestos. En segunda ronda el triunfo del PAC sobre el PLN fue arrasador, un cambio sin lugar a dudas en la historia de este país, ya que ningún otro partido aparte del PLN o el PUSC (Partido Unidad Social Cristiana) había ganado las elecciones en 40 años. Esto denota un cambio en el pensamiento de los ciudadanos y las ciudadanas, ya que después de tantos años quieren ver al país avanzar, por lo que un cambio de partido les da seguridad de la transformación hacia una realidad diferente.

Sin embargo, este cambio se produce en este momento solo en el imaginario, ya que la ideología reformista es tildada de comunista, siendo en realidad un partido de reformas; a demás en estos 4 meses del actual gobierno han llovido críticas para el presidente y para su equipo de trabajo, teniendo en cuenta que la clase alta política económica de este territorio quiere decidir como gobernar al país por medio de Solís, como pasó en el proceso Chinchilla-Miranda y los hermanos Arias.

En el discurso de los 100 días laborados, el presidente opto por denunciar algunos actos corruptos del gobierno de turno anterior, pedir apoyo para formar alianzas de acción y buscar una orientación al diálogo con los sectores sociales del país. Para mucha gente el discurso fue sin rumbo y sin concreción, para otra parte, fue brillante y atinado. Al país entonces sólo le queda preguntarse: ¿hacia dónde vamos?, el gobierno no ha definido un rumbo concreto, su posición hasta el presente no se ha posicionado del lado de la gente ni del lado de la empresa privada. Por un lado se expresan los actos de corrupción pero no se realizan denuncian claras, se plantean diálogos con los sectores populares, que si bien no se pueden realizar de la noche a la mañana, la gente lleva esperando mucho tiempo para que todo se quede en la resolución sobre una mesa de diálogos sin ver acciones concretas. Y lo más importante, Costa Rica no se encuentra en un paso al socialismo, ya que este ni siquiera ha sido proyectado en la realidad actual del país. Cada día se ven más políticas neoliberales que han sido implantadas desde hace décadas y no hay un cambio aún que muestre un rumbo diferente. Los cambios empiezan por tomar las riendas del camino y plantearse un presente y un futuro diferentes, que beneficien a la mayoría de la población y que las condiciones de nuestra gente cambien a condiciones humanas de vida. Tomar las riendas de un país, dejar el populismo y la indecisión a un lado, trabajar en conjunto con su partido y las alianzas estratégicas que se puedan realizar para beneficiar a la clase baja de la población y no a la clase alta de este país, que ya por mucho tiempo se ha aprovechado y ha seguido apropiándose de los recursos físicos, naturales, económicos y políticos que tiene el país.

A la población se nos convoca a seguir en pie de lucha, al no adormecimiento de los movimientos sociales y a un despertar que nos haga luchar por esta tierra que nos vio llegar y que le debemos tanto, a este país es hora de crearle una patria, una patria no inventada en símbolos patrios, fútbol y politiquería. Una patria que nos haga sentir de aquí por las luchas, por los esfuerzos de miles de personas que se mantienen de rodillas para mantener al país en pie.

Valeria Vargas León

Colectivo Mujer Ser

«Realidad panameña: Lucha y Sacrificio»

«Realidad panameña: Lucha y Sacrificio»

El momento histórico en que se encuentra nuestro país es un impasse de reorganización, tanto para las fuerzas progresistas como para la derecha, aún enquistada en el poder. El gobierno actual, de tradición fascista, se ha erigido como la representación de la más reaccionaria facción burguesa tradicional y oscurantista; sus políticas, guiadas en gran medida desde las entrañas de la secta Opus Dei, fundamentalistas religiosos occidentales, van de la mano con el nombramiento de figuras de la burguesía y sus corporaciones hegemónicas. Asimismo, la partidocracia cómplice, se ha enrumbado hacia un supuesto «Pacto de Gobernabilidad», en el que los sectores mafiosos que han secuestrado las representaciones populares elegidas por medio del sufragio, mantienen su método corrupto y clientelar de acumulación en base a la cosa pública con la promesa de aprobar las leyes, proyectos y planes gubernamentales, sin ningún tipo de oposición.

Ante esto, algunas fuerzas que se autodenominan «progresistas» han caído en la trampa de buscar acercamientos con el Órgano Ejecutivo a cambio de estabilidad política. En los cinco años anteriores, con el gobierno de Ricardo Martinelli, ya se había vivido esto. Es por ello, que con la nueva administración y nuevamente con la conducción de la burguesía, ciertos sectores disfrazados de izquierda pretenden negociar beneficios económicos a costa de su militancia.

En cambio, existen las fuerzas dignas de nuestra nación, que con planteamientos revolucionarios y con planes totalmente a favor de la población mantienen su reticencia a entregarse a los planes de la burguesía y han emprendido la titánica tarea de reorganizar los sectores oprimidos para darle frente a las batallas que se acercan en un futuro próximo. Con la conducción de Juan Jované, quien fue el candidato presidencial de los sectores profesionales, campesinos, indígenas, obreros y en fin populares, con una visión de izquierdas, se ha marcado una pauta de lo que es verdaderamente renovador en nuestro Panamá.

Se hace necesaria la depuración ideológica en las filas del movimiento popular para desenmascarar a los timadores que pretenden aprovecharse de las luchas en beneficio propio; reforzar las fuerzas del pueblo en organización y adecentamiento político para darle el poder a las mayorías desde la organización popular; la formación ideológica para los cuadros, asegurando el relevo generacional necesario para evitar los excesos por parte de pequeños napoleones que pretenden eternizarse en los movimientos y seguir pelechando de ellos; evitar las deformaciones ideológicas para enrumbar a nuestro país bajo una propuesta socialista eficiente y que beneficie a la gran mayoría del pueblo panameño, pero involucrarnos en los procesos del Sur que han dado pasos agigantados hacia la toma del poder por parte de los oprimidos.

Mantenerse firme en la lucha es difícil, por todas las condiciones en contra que significa ello, no obstante, he ahí lo realmente revolucionario: mantener la lucha con el sacrificio de todos aquellos que nos han precedido, dejando como ejemplo la dignidad y el coraje revolucionario.

Por la verdadera izquierda organizando al pueblo, preparados para la toma del poder.

Julián Apaza.

Panamá

Autonomía reproductiva de nosotras las mujeres

Libertad para decidir si deseo tener hijos, cuántos, con quién, en qué momento y bajo qué condiciones, son algunas de las preguntas que reflejan las decisiones y la determinación de la vida reproductiva de una mujer. Respuestas muy particulares e individuales se puede obtener pero bajo ningún motivo debe ser cuestionada la formulación y ejecución libre y autónoma de las mismas y mucho menos su castigo o señalamiento que implique la discriminación.

Por otra parte, Costa Rica presume ser un país donde las personas son quienes escogen a sus representantes cada cuatro años de manera libre y pacífica y así decidir sobre el futuro de su país. De acuerdo con lo anterior, ¿cómo se les puede privar de tomar decisiones sobre su propio cuerpo? La legislación en nuestro país admite el aborto terapéutico pero se practica poco debido a la primacía de criterios religiosos en las prácticas hospitalarias sin mencionar que la anticoncepción de emergencia (AE) es ilegal, además, desde hace 14 años el gobierno declaró inconstitucional la fecundación in vitro (FIV) y a pesar de que el mismo Estado fue denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2010, este método sigue siendo ilegal.

A lo anterior se le suma, el problema de que los pensamientos ultraconservadores, machistas y patriarcales de las iglesias tiñen la ley con su propio discurso. El Estado costarricense sigue teniendo religión oficial, lo que facilita lo anterior, e  impregna, como si no fuera ya suficiente, el imaginario colectivo “tico”, de sus dogmas e ideologías que reproducen el papel misógino de que la mujer verdadera es quien tiene hijos y se dedica a cuidarlos, una misión impuesta claro está.

Así, ser autónomas a nivel reproductivo significa no solo enfatizar el derecho que tenemos como mujeres a decidir sobre nuestro propio cuerpo sino el acceso y las oportunidades que nos permitan realizarlo, así por ejemplo garantizar la buena (veraz y diversa) educación sexual, el disfrute de nuestra sexualidad sin fines exclusivamente reproductivos, leyes que garanticen el acceso a la interrupción segura del embarazo –y no solo porque haya sido violada o porque corre vida el riesgo de alguno de los dos, sino también porque la mujer no se encuentra en condiciones sociales, económicas (muchas mujeres pertenecientes a la clase alta sí consiguen los medios seguros) ni psicológicas para asumir una maternidad responsable- acceso a anticonceptivos seguros y aceptables incluyendo la AE, a la FIV, acceso a la adopción de niñas(os) garantizado para parejas formadas por dos mujeres, etc. Significa finalmente poseer una vida sexual placentera sin miedos o vergüenza y a expresar libremente sus deseos, sus preferencias sexuales y disponer de la información y de los medios una vez que decide que la maternidad es una opción en su vida.

La Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer (CEDAW) declaró hace tres años que Costa Rica debe mostrar un avance en cuanto a los derechos reproductivos de las mujeres. A pesar de esto, no todo está resuelto, el crecimiento demográfico, un cambio de mentalidad, la difusión y avances de los métodos anticonceptivos y la integración de las mujeres al mercado laboral son algunas de las razones que han generado un cambio parcial en la manera de asumir la maternidad y el ejercicio de la misma dentro de nuestro país, sumado al trabajo de instituciones independientes que luchan por la visibilización y exigencias de estos planteamientos.

La reacción sabe que el control de nuestra capacidad reproductiva es efectivamente una herramienta de control sobre nosotras mismas, por lo anterior, no podemos permanecer al margen de estas realidades, es una cuestión de principios y de estrategia; es preciso consolidar y estabilizar las posiciones del conjunto de todas las mujeres.

En conclusión, denunciamos que la sociedad costarricense es una sociedad homogenizante donde la igualdad y los derechos reproductivos no se concretan. En este contexto, luchar por el reconocimiento de la autonomía de las mujeres frente al Estado –que impone morales únicas- y por el derecho a recuperar en forma igualitaria el ejercicio de la libertad reproductiva, es una tarea que asumimos como colectivo y como mujeres, día con día.

Yerley Sánchez Acuña

         Colectivo Mujer-Ser

La realidad de los grupos culturales de Guatemala.

Hablar de la realidad de los grupos culturales de Guatemala resulta muy difícil si no sé conocen algunos detalles específicos, a lo largo de este escrito se intentará hacer una aproximación de lo que es la realidad de estos grupos culturales; aun corriendo el riesgo de que lo que se diga dé lugar a malas interpretaciones debido al espacio que se posee. Iniciaremos entonces indicando nuestro objeto de análisis y su ubicación geográfica.

La República de Guatemala alberga a 24 grupos culturales entre los cuales 22 son derivados de la cultura Maya como los Quiches, Kaqchikeles, Mam, Pocomam, Tzutuiles, Rabinales, Queqchies, entre otros. Los Ixiles grupo descendiente de los Aztecas. Y los Garífunas, grupo cultural afro descendiente.

Estos 24 grupos se distribuyen por todo el territorio nacional, ubicándose especialmente en el occidente del país, espacio geográfico rico en recursos naturales.

Ahora, El Estado de Guatemala desde hace 19 años se instaura como una República Democrática esto conllevó a la implementación de un orden estatal al estilo occidental que hasta el momento se mantiene y no se vislumbra ninguna posibilidad de que cambie. Pero ¿qué tiene que ver entonces el orden institucional del estado de Guatemala con los datos expuestos anteriormente sobre grupos culturales? La respuesta es compleja; políticamente el Estado de Guatemala se funda bajo el principio de velar por los intereses colectivos, fundamentos plasmados en los primeros tres artículos de la Constitución y dentro de otros artículos a lo largo de ese documento.

Se partirá en base a lo anterior, el “colectivo”, el problema con los grupos culturales en Guatemala inicia quizá con ésta palabra. Legalmente el estado de Guatemala entiende como “colectivo” a la población general guatemalteca sin distinción política, económica, social y cultural. Esta definición adopta el carácter positiva en cuanto genere beneficios reales a la población, el problemas es que esos “beneficios” solamente se llegan a plasmar en los discursos oficialistas y en las estampas folklóricas que venden de nuestro país.  Se puede hablar entonces de un carácter negativo que está basado en el carácter axiológico de la definición, ya  que se presenta a los distintos grupos culturales como un todo, niega sus diferencias que van en todos los ejes de la vida colectiva, ejemplo, en lo económico cada grupo tiende a sustentar su economía de un modo distinto. En la política, su sistema de organización política es similar entre ellos sin embargo difieren ya sea en su esencia o estructura, este modelo de organización política completamente distinto al modelo occidental. Lo mismo pasa con los social, cada grupo tiene su forma de organización social con sus propias particularidades. Y si hablamos de cultura, cada grupo ha creado un sistema de cosmovisión y durante cientos de años ha construido, en el caso de los pueblos de descendencia Maya, su cosmovisión se ha construido durante un más de 3,000 años.

En fin, ese error axiológico de la definición de “colectivo” es el que da paso a que se implementen políticas –que si bien nos va estas sean de- gobierno que pretenden obtener un beneficio -que normalmente es mínimo o insignificante comparado con el pago a realizar-, políticas que a menudo entran en contradicciones con la cosmovisión y vivencia de los grupos culturales. Ejemplificando esta parte podemos mencionar problemas constantes como la aprobación de proyectos transnacionales de explotación minera, que a menudo buscan la zona de occidente del país que es en donde se ubican los terrenos montañosos que poseen gran cantidad de minerales explotables, zonas habitadas por algunos grupos culturales, el conflicto inicia en el momento en el que se viola el derecho a la consulta popular, la expropiación forzada del espacio geográfico, continuando con una persecución y criminalización a los grupos que se manifiestan en contra de este tipo de proyectos que vienen a atentar contra su sistema de cosmovisión que a menudo gira en torno a la convivencia armónica con la naturaleza, resaltando también que la mayor parte de estos grupos culturales son grupos netamente agrícolas, en ese contexto el deterioro del espacio geográfico provoca una complicación tremenda para la obtención del alimento y por tanto pone en riesgo la supervivencia de estos grupos.

En el caso de la justicia se puede mencionar el proceso judicial que enfrentan varios grupos de autoridades propias de estos grupos culturales por darle proceso y resolución a los conflictos que se generan dentro de su territorio, bajo su sistema de justicia ancestral. Estos procesos se llevan a cabo bajo la premisa que el único encargado de administrar justicia legal  es el Organismo Judicial, negando nuevamente los rasgos distintivos de cada grupo cultural, igualándolos y atentando contra los derechos de los pueblos indígenas establecidos dentro del convenio 169  de la OIT, firmado y ratificado por Guatemala.

Lo expuesto anteriormente no explica totalmente la realidad de los grupos culturales de Guatemala, es más, posiblemente no abarque ni la mínima parte del tema por lo cual se sugiere que se busque un estudio más extenso y más profundo.

Ixim Ulew

Tierra del maíz –Guatemala

¿Para qué estudiar?

Actualmente, la solución a casi todos los problemas sociales existentes en nuestro país es la educación; al menos así lo plantean  los numerosos personajes políticos  que han  desempeñado, desempeñan o desean desempeñar algún puesto político dentro del gobierno. Candidatos a presidente, alcalde, diputado e incluso representantes; todos aseguran, en sus discursos de campaña electoral, que la educación es la solución. Para toda clase de problemas: el desempleo, la maternidad y paternidad irresponsable, la delincuencia, la violencia, la corrupción;  la educación es la solución, repiten los susodichos. Envíen vuestros hijos a la escuela, al colegio y también a la universidad; así serán personas de bien, pues recuerden que la educación es la solución, sentencian. Y nosotros, simples ciudadanos enfocados en los problemas cotidianos de la subsistencia, también repetimos esta afirmación sin cuestionar su validez;  sin meditar  que (si bien la educación puede ser la solución) es posible que el remedio esté mal formulado, planteado y aplicado. Quizás la solución no radique en educar o no, sino en ¿Cómo está conformado ese proceso educativo? ¿Qué enseña? ¿A quiénes enseña? Y ¿Para qué enseña?

De hecho, confiamos ciegamente en un sistema educativo que en la práctica no brinda buenos resultados. La violencia y la corrupción podrían interpretarse como síntomas de un fallido proceso de interiorización de los valores morales necesarios para la convivencia en sociedad. Creemos fervientemente que basta con asistir a un centro de enseñanza y obtener un título académico para ser una persona educada y, por consiguiente, ser un ciudadano de provecho para el país. Cada día se gradúan profesionales tan faltos de ética y con una moral tan retorcida, capaces de utilizar sus conocimientos para sembrar miseria y sufrimiento a su alrededor sin remordimiento alguno. Basta con observar diputados, ministros y funcionarios que en reiteradas ocasiones, protagonizan vergonzosos números de corrupción y descaro; curioso es que después de haber dedicado una gran parte de sus vidas en adquirir una educación superior sean, en la mayoría de los casos, victimarios  de su sociedad.  Y es que en casos como estos el individuo solo aprendió a desempeñar un trabajo técnico o científico, pero no desarrolló una conciencia sobre lo que está bien y lo que está mal; si causa daño o no causa daño; no conoce el altruismo, su existencia gira en torno al egoísmo, buscando únicamente la satisfacción de sus deseos sin importar a cuántas personas lastime en el proceso, cual patógeno que arrasa terriblemente con la salud de su infortunado huésped.

Les aseguro, estimado lector, que muchos de vuestros abuelos no recibieron una educación superior y en algunos casos, ni secundaria; sin embargo, lograron engendrar y criar  una generación con tasas de violencia y delincuencia mucho más bajas que las de la actualidad. Si bien en el caso mencionado ayudaron otros factores sociales propios de su época; cabe hacer la comparación. Quizás, nuestro problema podría estar en que si escrutamos cuidadosamente el plan curricular de hace treinta años, materia por materia, veremos que hasta hoy se sigue implementando un método muy parecido, haciendo énfasis en el contenido conceptual (el saber): ciencias naturales y exactas, ciencias sociales e idiomas; quedando cada vez más relegadas los contenidos  procedimentales y actitudinales. Ese currículo académico funcionó en aquella época, pero nada lo obliga a funcionar en la nuestra. La educación podría ser la solución, pero no la educación que están recibiendo nuestros jóvenes actualmente. Nuestro plan curricular es arcaico y no responde a las realidades y exigencias del siglo XXI. El sistema educativo debería, principalmente, inculcar en nuestros ciudadanos la convicción de la superación y realización personal.

¿Qué enseñar? Enseñarles, primaria y secundariamente, cómo vivir en sociedad, cómo lidiar con los problemas que plantea nuestro sistema social, con cátedras que ayuden desde desarrollar su interacción y convivencia social con otras personas, hasta inculcar una formación política temprana; de modo tal, que sean ciudadanos atentos y participativos capaces de elegir a sus gobernantes por la preparación y méritos, y no por las dádivas de campaña electoral que éstos ofrezcan a cambio de votos. Además, es necesario que se les hable de dinero a nuestros jóvenes ¿Cómo administrarlo? ¿Qué importancia tiene? Pues el sistema político de nuestro país  le confiere, inexorablemente, al dinero la cualidad de brindarnos una calidad de vida buena o mala, dependiendo de cuántos poseamos.

¿A quiénes enseñar? ¿Alguna vez alguien ha muerto por no entender la teoría de la relatividad? Quizás sí o quizás no; pero deben de ser muchos más los que han muerto y mueren a diario por trastornos anímicos como la depresión que, en ocasiones, conducen al suicidio. Enseñarles a cómo sobrellevar la frustración, cómo resolver de buena manera los problemas de la vida cotidiana. A llevar relaciones sentimentales sanas, libres de inseguridades y ataduras que conduzcan a los celos y al sufrimiento emocional; seguro estoy, que se evitarían un sinnúmero de crímenes pasionales. Clases que incentiven al desarrollo de la inteligencia emocional son indispensables para formar personas aptas para la vida.

Finalmente ¿Para qué  enseñar? Por un lado, es entendible que el Estado busque por medio de la educación obtener el mayor provecho de cada ciudadano; sin embargo, solo se está formando mano de obra calificada destinada a cumplir una función laboral en la sociedad, permaneciendo cada vez más tiempo en una oficina o aula de clases y mucho menos tiempo con su familia, amigos o consigo mismo. Enajenándose, cada vez más, de su propia felicidad y goce. Todo por la promesa de obtener, gracias a la preparación académica, un buen trabajo con una buena remuneración y así, una mejor vida; valorando, de este modo, a las personas por lo que tienen y no por lo que son. Sumergiéndolos, consciente o inconscientemente, en un consumismo que los lleva a sacrificarse, estudiando y ejerciendo trabajos que no entienden ni gustan, tan sólo por unos dólares más.

Definitivamente la educación es la solución, pero la elemental, aquella que forja el carácter del individuo y le enseña a discernir y a ser autocrítico; la que contempla los aspectos básicos de la vida mencionados anteriormente. Cada persona es única e irrepetible, por lo tanto es erróneo pensar que todos deben transitar y disfrutar un proceso de 4 o 6 largos años para poder gozar de una “buena vida” al ostentar el título de licenciado. Muchos lo intentan, lo disfrutan y lo logran; otros lo intentarán sin éxito, o en caso de lograrlo se preguntarán constantemente, una y otra vez, día tras día: ¿Para qué estudié esta mierda?

¿Y tú para qué estudias?

 

Abrenuncio de Sa Pereira Cao

Educación Sexual y Reproductiva en Panamá: De la Iglesia a la realidad

Bien dijo Friedrich Nietzche: “en cualquier tema que trate la influencia teológica las evaluaciones serán trastornadas”. No es muy diferente lo que está sucediendo en Panamá con el Anteproyecto de Ley 61  a través del cual se adoptan políticas públicas de educación integral, atención y promoción de la salud (mejor conocido como ley de salud sexual y reproductiva); observamos el mismo panorama de hace siete años cuando se desistió de la iniciativa después de largos meses de apasionados debates con iglesias y otros sectores ultraconservadores del país.

La teocracia no sólo reinó en aquel momento, sino que condenó a miles de jóvenes a seguir desinformados; del otro lado del telón los fanáticos aplaudieron airosos y desaparecieron, no los hemos visto más. Aparecen cada cierto tiempo, para oponerse a la unión civil de personas del mismo sexo, o como en este caso, a la modernización de la educación sexual en el pensum académico de los estudiantes panameños; pero no los veremos tan preocupados por otros temas como los casos de corrupción gubernamental, la impunidad  o las altas cifras de violencia contra la mujer.

Mientras los temas de Estado sigan discutiéndose en base a argumentos religioso-patriarcales el debate pierde toda lógica, pierde todo sentido de respeto al pluralismo y por ende, ultraja toda democracia. Las creencias de un grupo siguen siendo impuestas a la totalidad de la población mediante políticas de Estado, en temas tan sensibles e importantes como la salud pública, donde la más afectada sigue siendo la mujer. Sorprendentemente, serán estos mismos sectores ultraconservadores los que juzgarán a la joven embarazada cuestionando su derecho de asistir a un colegio regular, la falta de educación en sexualidad amplía la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, en tanto no se discuten aspectos como la paternidad responsable y el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo,.

Las discusiones siguen girando en torno a cuestiones meramente subjetivas, haciendo caso omiso a las necesidades reales del país, se olvida que el VIH/Sida es la tercera causa de muerte en jóvenes de 15 a 24 años, que el Ministerio de Salud registra 2030 embarazos en adolescentes en los primeros 59 días del año 2014 y que  el 75% de los bebés nacen fuera de una unión estable. Estas cifras no sólo nos indican lo preocupante de la situación, sino que evidencian el fracaso de la tan nombrada y utópica abstinencia, y peor aún, demuestran que las familias no están haciendo el trabajo que les corresponde, y  por ende, no se les puede seguir delegando la responsabilidad de educar a los hijos.

La Constitución lo dice claramente en su Artículo 87: el Estado debe dirigir y organizar la educación nacional; ahora más que nunca se hace evidente la necesidad de separar los asuntos de país de las creencias propias de cada individuo, separar lo celestial de lo terrenal y real. Las autoridades políticas no pueden seguir acatando las ordenes y leyes de una doctrina religiosa desfasada y poco acorde con las realidades nacionales, el funcionario público ha sido elegido por y para el pueblo, no por una feligresía o institución religiosa.

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios,

Ni de la iglesia, ni del Estado…

Mi cuerpo es mío y necesito estar informada para que nadie decida por mí.

 

Yuri Pitti

Panamá